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Si nada cambia, hasta el 2058 la mujer alcanzará la equidad en salario en EE.UU.

La celebración del “Día de la igualdad de la mujer” ocurrió este miércoles, 26 de agosto, fecha que debe tenerse siempre en la mente, según los expertos, para seguir luchando por la equidad salarial del por mucho tiempo llamado ‘sexo débil’.

El día de ayer se festejó el noveno quinto aniversario de la enmienda 19, que dio a las mujeres el derecho al voto en Estados Unidos. Por ello, en la actualidad las latinas que se convierten en ciudadanas pueden votar.

Sin embargo, aun es muy pronto para decir que los derechos son equitativos entre hombres y mujeres, especialmente en el salario, y peor aún si son latinas, agregan.

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En general, la brecha salarial entre hombres y mujeres se está cerrando poco a poco. Aunque entre el 2001 y el 2013, la diferencia solo se redujo en dos puntos porcentuales, de 76.3 hasta 78.3%, según un Informe de la Mujer en Estados Unidos proveniente de The Institute for Women’s Policty Reseach.

En otras palabras, la mujer gana un poco más del 10%, menos, a comparación de un hombre. Así que si eres mujeres no podrás ver igualdad de salario hasta el 2058 si la brecha se sigue cerrando a esa velocidad.

Peor aún, si usted es latina y vive en Estados Unidos, la disparidad es la más alta. Por cada dólar que un anglosajón obtiene en su bolsillo, una mujer latina obtiene solo el 53.8%.

Todas por igual

Aunque no existe una respuesta única a esta situación, sino diferentes factores que crean la problemática, es un hecho que “todas las mujeres no solo las latinas enfrentan la desigualdad salarial”, dice Octavio Pescador, profesor de ciencias políticas en UCLA.

“Uno de los factores es la participación histórica de los hombres en el mercado laboral, ya que esta misma participación formal es relativamente nueva entre las mujeres”, señala Pescador.

Los hombres siempre han tenido mayor representación, mayor control y por ende mayor sabiduría en la parte laboral, lo que los hace más experimentados respecto al mercado y negociar, agrega el experto.

De ahí, surgen otros factores como el machismo y el antiguo rol que el hombre asumía al ser el proveedor de su hogar. No obstante, la situación está cambiando. “Hay más mujeres en las universidades obteniendo licenciaturas y más mujeres en puestos en los que puede ayudar a otras mujeres”, sostiene.

En cuanto al problema actual del salario, “la mujer debe prepararse para competir con otras mujeres y hombres en el ramo que más le guste”, agregó Pescador, quien aconsejó a la mujer informarse sobre quién es el patrón, la persona a cargo de los contratos y la cifra que pagan por los puestos que se buscan.

Aseveró que aparte de esos dos pasos cruciales la mujer debe aprender a negociar su salario. “Y no lo puede negociar sino muestra que es competente y si no muestra que sabe la figura que debe ganar”, dijo.

Es más que la desigualdad salarial

Asimismo, Teresa C. Younger, directora ejecutiva de Ms. Foundation for Women, añadió que se debe recordar que la inequidad salarial entre el hombre y la mujer no es el único problema sino la falta de oportunidades, educación, salud y hasta transportación.

Hoy en día, los temas que involucran la economía son el problema principal para ambos sexos, tales como el alto costo del cuidado de la salud, la falta de empleo, la falta de vivienda, dice Younger a partir de un reporte que su organización dio a conocer este miércoles.

“Aproximadamente uno de cada cuatro adultos ve una escasez de buenos puestos de trabajo que afecta desproporcionadamente a las mujeres. Sólo 8 % dice que la falta de empleos bien remunerados afecta más a los hombres.

El estudio revela que una gran mayoría de la población cree en la igualdad de género. No obstante, un 79% reconoce que aún queda mucho por hacer para lograr la plena igualdad. Así también, la encuesta revela que casi la mitad reconoce que las minorías enfrentan más barreras adicionales a la igualdad.

“Esta encuesta nos dice que los políticos, líderes comunitarios y las movilizaciones deben cambiar la forma en que nos dirijamos a los problemas y temas. Las mujeres no llevan una vida solo rezagada en la desigualdad salarial. Por ejemplo, el acceso a los anticonceptivos y el aborto se ve afectado por el nivel de ingresos, el sesgo racial y cultural, la discriminación de género y la condición de inmigrante. Hay que poner en práctica políticas y construir movimientos que abordan la totalidad de la vida de las mujeres, en lugar de crear un mosaicos”, agregó.

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