Cinco mitos y 5 hechos del Censo aclarados: el reto para los residentes de L.A.
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LOS ÁNGELES — Para algunos residentes del Condado de Los Ángeles, el Censo tiene algunos retos como el hecho de que por primera vez se realizará electrónicamente. Para otros, el problema es que podría venir con una pregunta sobre ciudadanía, que temen responder.
Un hecho es que por ahora, la batalla legal por agregar una pregunta de ciudadanía continúa en el Censo de 2020, y el tribunal más alto de la nación ahora se ocupa del caso.
Mientras tanto, los políticos y activistas regionales hacen un llamado a la participación, diciendo que de no hacerlo el estado y la región perderán muchos fondos.
Hilda Solís, supervisora del Distrito 1 del Condado de L.A., recalcó la preocupación al arrancar un año del evento enfatizando que “el condado trabajará con nuestros socios municipales y comunitarios para apoyar a nuestras comunidades vulnerables”.
“Abrazamos la diversidad del condado, y haremos todos los esfuerzos para contar a cada residente’’, agrega.
Con más de 10 millones de residentes, el condado angelino es considerada la región más difícil de contar en la nación, dijo la oficina de Solís.
Entre los desafíos se encuentran los residentes que hablan colectivamente más de 200 idiomas diferentes, más del 70% son inquilinos, y muchos de estos tienen alguna limitación al acceso de tecnología.
“El censo de 2020 tendrá un impacto significativo en la forma en que el gobierno federal asigna fondos y recursos’’, dice el supervisor Mark Ridley-Thomas.
Lo cierto es que mucha gente no sabe los hechos sobre el Censo, y nunca ha participado en este a pesar de haber vivido varias décadas en este país.
Algunos mitos y hechos que deben ser esclarecidos
MITO: El gobierno puede usar la pregunta de ciudadanía para encontrar y deportar a inmigrantes ilegales.
HECHO: Por ley, la Oficina del Censo no puede divulgar las respuestas de nadie ni compartir datos a partir de los cuales se pueda identificar a un individuo. La violación de esta ley conlleva sanciones penales severas, que incluyen cinco años de prisión.
Ni siquiera los organismos federales y estatales encargados de hacer cumplir la ley pueden acceder a las respuestas individuales del censo. En un nivel más práctico, una persona que responde que no es un ciudadano no da información confiable sobre si está legalmente presente.
MITO: Preguntar sobre la ciudadanía en el censo es inusual.
HECHO: La mayoría de los censos a lo largo de la historia de los Estados Unidos han preguntado acerca de la ciudadanía de una forma u otra. La pregunta de ciudadanía comenzó en Estados Unidos con el censo de 1820 y se hizo de manera consistente a través del censo de 1950 (con la excepción de 1840). El censo de 1960 no preguntaba sobre la ciudadanía, pero sí preguntaba el lugar de nacimiento. De 1970 a 2000, se hizo una pregunta de ciudadanía sobre el censo de “forma larga”, que era el censo enviado a aproximadamente uno de cada seis hogares en lugar del censo más corto. La “forma larga” se eliminó en el censo de 2010, pero la pregunta de ciudadanía continúa en un cuestionario anual de la Oficina del Censo llamado American Community Survey (ACS). Recopilando todo esto, la Oficina del Censo ha preguntado a los residentes de los Estados Unidos sobre la ciudadanía más de mil millones de veces.
MITO: Tener mejores datos sobre la ciudadanía no tiene ningún propósito útil.
HECHO: Los datos de ciudadanía son críticos para garantizar el cumplimiento del precedente de la Corte Suprema en la Ley de Derechos de Votación. Sin esa información, puede ser imposible crear distritos diseñados para brindar a las comunidades minoritarias la oportunidad de elegir al candidato de su elección. Debido a que las comunidades hispanas, por ejemplo, a menudo contienen muchos no ciudadanos que no pueden votar, no es suficiente que los hispanos tengan una mayoría simple para elegir a su candidato preferido: deben formar parte de la mayoría de los ciudadanos en edad de votar en el distrito. La falta de datos de ciudadanía podría dañar a las comunidades minoritarias.
MITO: Los datos empíricos presentados al Secretario de Comercio demostraron que la cuestión de la ciudadanía hará que millones de personas no sean contabilizadas en el censo de 2020
HECHO: No se sabe cómo reaccionará el público con los lanzamientos de campañas que piden la participación y la educación sobre lo que es el censo. A última estancia la pregunta se debate en la corte.
MITO: La Constitución prohíbe cualquier práctica que pueda reducir las tasas de respuesta al censo.
HECHO: Los retadores en este caso argumentan que, debido a que la Constitución requiere una “enumeración real” de la población cada 10 años, cualquier censo que conduzca a un recuento incompleto es inconstitucional. Pero el censo desde el principio siempre ha reunido más datos que una simple enumeración, y cada censo ha sufrido un recuento incompleto. El censo de 2010 subestimó de manera desproporcionada a los hispanos, mientras que el gobierno de Obama estaba deportando a un número récord de inmigrantes ilegales, sin embargo, nadie intentó declarar inconstitucional la pregunta del censo de 2010 que señala el origen hispano.
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