Las muertes de latinos en el condado de L.A. por COVID-19 aumentan a niveles asombrosos
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A medida que el coronavirus se propaga sin tregua por Los Ángeles, los vecindarios pobres, así como las comunidades latinas y negras de la región, continúan padeciendo la peor parte de las enfermedades y las muertes, según datos publicados el miércoles.
Estos grupos se han visto desproporcionadamente afectados desde el comienzo de la pandemia, pero la brecha se había reducido durante el verano. Ese progreso ha desaparecido y los miembros de esas comunidades ahora están muriendo a tasas mucho peores que en cualquier punto anterior de la crisis del COVID-19.
Las personas que viven en los vecindarios más empobrecidos del condado ahora tienen un promedio de alrededor de 36 fallecimientos diarios por cada 100.000 residentes. Por el contrario, los que viven en las zonas más ricas están experimentando alrededor de 10 bajo el mismo parámetro.
Los residentes latinos en Los Ángeles están muriendo a una tasa impactante, ocho veces mayor que antes: de 3½ decesos diarios por cada 100.000 a principios de noviembre, a 28 diarios dentro de la misma escala.
“Este es un aumento asombroso de más del 800% en muy poco tiempo”, comentó la directora de Salud Pública del condado, Bárbara Ferrer.
Los vecindarios latinos pobres son altamente susceptibles a la propagación del COVID-19 debido a la densidad de viviendas, las condiciones de hacinamiento y el hecho de que muchos allí son trabajadores esenciales que no pueden laborar desde casa. Los funcionarios creen que las personas se enferman en el trabajo y luego transmiten el virus entre los miembros de la familia en su domicilio.
La tasa de mortalidad entre los residentes negros se disparó de menos de 1 muerte diaria por cada 100.000 a más de 15.
“Los decesos también han aumentado dramáticamente entre nuestros residentes asiáticos”, informó Ferrer. La tasa de mortalidad entre los residentes asiático-estadounidenses ha incrementado de 0.5 muertes diarias por cada 100.000 residentes a 12.
Los habitantes blancos tienen el índice de mortalidad más bajo entre los otros grupos raciales y étnicos: 10 muertes por cada 100.000 residentes.
![Daily rate of deaths per 100,000 residents by race and ethnicity, Los Angeles County](https://ca-times.brightspotcdn.com/dims4/default/a99f4ff/2147483647/strip/true/crop/939x600+0+0/resize/1200x767!/quality/75/?url=https%3A%2F%2Fcalifornia-times-brightspot.s3.amazonaws.com%2F5c%2F78%2F0a9924a74e1cb6bdc11116d90a1d%2Fscreen-shot-2021-01-13-at-2.19.02%20PM.png)
Los datos se dieron a conocer a medida que el número de muertes seguía aumentando. Los Ángeles reportó 266 decesos por COVID-19 el miércoles, el cuarto total más alto de la pandemia en un solo día, lo que elevó el promedio diario de fallecimientos durante un período semanal a 232, un récord. En los últimos siete días, se han informado 1.623 muertes por COVID-19.
El miércoles se registraron 12.121 nuevos casos de coronavirus. El número promedio de nuevos contagios diarios es ahora de más de 15.100, un nivel que, Ferrer advirtió, es una señal de peligro para aún más pacientes de COVID-19 que ingresan a los hospitales ya abrumados de Los Ángeles.
Las jurisdicciones de salud locales en California informaron 520 muertes por coronavirus el miércoles, el quinto recuento más alto en un solo día. Ahora se informan un promedio de 514 decesos por COVID-19 todos los días en el estado semanalmente, cerca del máximo histórico.
El miércoles se informaron más de 40.000 contagios de coronavirus en California; el estado ahora promedia alrededor de 43.000 casos nuevos por día desde la semana pasada, apenas por debajo del máximo histórico de aproximadamente 45.000 contagios diarios.
Los Ángeles ha informado de forma acumulativa más de 959.000 casos de coronavirus y 12.972 muertes por COVID-19. California ha reportado 2.8 millones de contagios y 31.676 decesos.
Los residentes latinos y negros de California, así como las personas con educación máxima de preparatoria, sufrieron uno de los mayores aumentos de defunciones durante la pandemia, según un análisis de investigadores de UC San Francisco, publicado en diciembre.
“Un cierre es beneficioso solo para un cierto segmento de la población”, señaló el epidemiólogo de UC San Francisco, Yea-Hung Chen, autor principal del estudio que se publica en la revista JAMA Internal Medicine. “Está diciendo que queremos proteger a quienes pueden trabajar desde casa, pero no aplicamos el mismo tipo de defensa a otras personas”.
Por el contrario, entre quienes tenían títulos de posgrado y profesionales, apenas hubo un exceso de muertes durante las órdenes de primavera de California para quedarse en su domicilio. Ciertamente, hubo algunos con tales grados que fallecieron de COVID-19, pero los decesos generales entre ese grupo no fueron significativamente más altos de lo que se esperaría en un año prepandémico.
El estudio también mostró que las disposiciones de primavera para quedarse en su domicilio resultaron en una disminución en las muertes entre otros grupos raciales.
“El cierre de actividades que tuvimos al principio parece coincidir con la disminución de la mortalidad”, indicó la coautora, la Dra. Kirsten Bibbins-Domingo, directora del departamento de epidemiología y bioestadística de la UC San Francisco. “Lo que significa es que hasta nuestras estrategias más efectivas deben ir acompañadas de un enfoque en las comunidades que son más vulnerables y asegurar que tengan los recursos para poder protegerse, incluso en medio de estrategias efectivas como cierres de emergencia”.
Los condados de California con una mayor proporción de hogares hacinados y con bajos salarios han tenido más probabilidades de verse afectados por la pandemia, según un estudio del Centro Comunitario y Laboral de UC Merced el año pasado.
Los latinos tienen la tasa más alta de empleo en trabajos esenciales de primera línea, donde existe un mayor riesgo de exposición al coronavirus, según el Centro Laboral de UC Berkeley. Por ejemplo, el 55% de los latinos laboran en esos empleos y el 48% de los residentes negros también lo hacen, en comparación con el 35% de los habitantes blancos.
Los latinos constituyen el 93% de los trabajadores agrícolas; 78% de los obreros de la construcción; 69% de cocineros; 60% de trabajadores y transportistas de materiales; 57% de los camioneros; 55% de cajeros; y 52% de conserjes y limpiadores de edificios. Los residentes latinos constituyen el 39% de la población de California.
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