Columna: LAFC puede volver a ser un equipo ganador, pero Bob Bradley debe seguir como entrenador

No preste atención al empate de 3-3 contra el Galaxy el sábado pasado, las dos ventajas que se perdieron en los últimos 26 minutos en el Banc of California Stadium, o la racha sin victorias de la franquicia, que es de ocho partidos y contando.

Nada de eso cambia el pronóstico a largo plazo.

En la enloquecedora cuarta temporada de su bendita existencia, el LAFC se encuentra en una importante encrucijada.

Independientemente de lo que haya sucedido en la última edición de El Tráfico, independientemente de lo que ocurra en los 13 partidos restantes de la temporada regular, el equipo tendrá que recomponerse durante el invierno.

Carlos Vela se quedará sin contrato.

Otros colaboradores importantes, como Brian Rodríguez, que marcó dos goles contra el Galaxy, buscarán dar el salto a Europa.

Habrá que sortear las indescifrables normas de la Major League Soccer en materia de límites salariales y adquisición de jugadores.

La única decisión sencilla que tiene que tomar el LAFC es la de su puesto de entrenador principal.

Bob Bradley debe quedarse.

Esto es lo que en el futbol se llama un sitter – un tiro fácil, una red abierta desde seis yardas. Es cierto que las oportunidades desperdiciadas a esa distancia explican por qué el LAFC se encuentra en el noveno lugar y fuera de la postemporada de siete equipos de la Conferencia Oeste, pero este es un tiro que el equipo realmente no debe fallar.

La petición de que Bradley se quede no es muy popular en todas partes, al menos no en los márgenes del ciberespacio, donde #BobOut ha surgido como hashtag.

Sin embargo, se trata del mismo entrenador que hace solo dos temporadas dirigió el que fue el mejor equipo de temporada regular de la historia de la liga.

Bradley ya ha construido este equipo desde cero. Con o sin Vela, debería ser capaz de construirlo de nuevo.

El LAFC debería querer que se quede, y él debería querer quedarse.

Todavía hay Copas de la MLS que ganar, trofeos de la Liga de Campeones de la CONCACAF que capturar.

Bradley suena como si estuviera dispuesto a quedarse, y eso es la mitad de la ecuación.

“Estoy orgulloso del futbol que hemos practicado”, dijo Bradley. “La idea de tener la oportunidad de llegar a un club y decir: ‘Mira, esto es lo que quiero que seamos’, para poder involucrar al personal y a los jugadores todos los días y tener un equipo que sale a un estadio con una afición increíble y que tiene un estilo y una identidad reales, eso es, para mí, lo que ha sido asombroso. Me ha encantado cada segundo. Eso me sigue consumiendo cada día”.

Aunque no quiso revelar ningún detalle, el director general John Thorrington dijo que él y Bradley han hablado sobre el futuro.

Entonces, ¿por qué esperar?

Bradley no lo dice, Thorrington no lo dice, los jugadores tampoco lo dicen, ni deberían hacerlo, pero la realidad es que esto ya es una temporada perdida para el LAFC.

El equipo fue diseñado para ganar con Vela como pieza central, y el atacante mexicano de 32 años es baja de nuevo, esta vez con una lesión en el cuádriceps que parece haber borrado lo que quedaba de sus disminuidas posibilidades de capturar su primera Copa MLS. El ancla defensiva Eddie Segura es baja para la temporada mientras se recupera de una operación de rodilla.

El efecto del estado físico de Vela en el LAFC no puede ser subestimado. En sus cuatro años de existencia, el equipo está 33-18-14 cuando Vela juega 90 minutos.

Apareció en solo siete partidos de temporada regular el año pasado, jugando 90 minutos únicamente tres veces.

Este año ha jugado 17 partidos de temporada regular, pero los 90 completos solo nueve veces.

Thorrington dijo que si Vela regresa, el equipo tendrá que reconsiderar cómo lo complementa. Bradley debería formar parte de ese proceso.

Todos los equipos se vieron afectados por la pandemia, pero algunos se vieron más perturbados que otros. El LAFC comenzó el 2020 luciendo como lo hizo en el 2019, solo para tener la temporada regular detenida después de tres partidos. Además de su ritmo en el campo, sus planes más amplios también se vieron afectados. Con el mercado de transferencias global congelado, jugadores como Rodríguez, Diego Rossi y Eduard Atuesta no pudieron viajar a Europa.

Vela se negó a jugar en el torneo MLS Is Back, ya que su esposa estaba lidiando con lo que él describió como un embarazo de alto riesgo. En su primer partido de vuelta, se lesionó la rodilla.

Después, a los 22 minutos de su primer partido de la temporada, se lesionó el cuádriceps y estuvo fuera de juego durante un mes. Desde que regresó hasta que se agravó la lesión, nunca pareció estar en plena forma.

Pero a pesar de los problemas, los jugadores de Bradley no han renunciado a él ni a sus planes de practicar un futbol ofensivo.

El LAFC superó al Galaxy, 25-10, siguiendo un patrón que se ha desarrollado a lo largo de la temporada. La mentalidad no debe cambiar.

Cuando se contrató a Bradley, Thorrington habló de que quería alinear un equipo que jugara de forma atractiva, y citó al Atlanta United como ejemplo de lo que tenía en mente. Bradley lo hizo realidad.

Thorrington debería volver a mirar a Atlanta como ejemplo. El United ganó una Copa de la MLS jugando con un estilo abierto bajo el mando de Tata Martino. Pero cuando Martino se marchó para convertirse en el entrenador de la selección mexicana, Atlanta lo sustituyó por personas como Frank De Boer y Gabriel Heinze, que implementaron otra estructura. No solo los resultados fueron peores, sino que el equipo se volvió menos divertido de ver.

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