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Hospital Palomar presenta fallas en una serie de inspecciones

Palomar Medical Center Escondido.
(Howard Lipin / U-T San Diego)
San Diego Union-Tribune

Un incendio en la sala de operaciones que comenzó en el abdomen de un paciente; la colocación quirúrgica de un tubo de drenaje en el riñón equivocado; un procedimiento innecesario de vesícula biliar, son algunas de las fallas que se documentaron en el proceso de comprobar que los médicos y las enfermeras siguen los protocolos de seguridad.

Estos y otros problemas se encuentran entre los descubiertos durante una serie de inspecciones y reinspecciones de seguridad en el Centro Médico Palomar de Escondido, según los documentos provistos de acuerdo con la Ley de Registros Públicos del Departamento de Salud Pública de California (CDPH por sus siglas en inglés).

Desde abril de 2017, Palomar enfrentó una serie de hallazgos producto de inspecciones que concluyeron una y otra vez que las operaciones no cumplen con una o más de las 24 “condiciones de participación” hospitalarias de Medicare, el vasto programa de seguro de salud respaldado por el gobierno para estadounidenses de 65 años o más.

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Diane Hansen, directora ejecutiva interina de Palomar, dijo en un correo electrónico en días pasados, que la organización está comprometida a cumplir con todos los requisitos.

“Tomamos estos incidentes muy en serio, y estamos poniendo todos nuestros esfuerzos para mejorar la capacitación del personal para que nunca vuelvan a suceder”, explicó Hansen.

Un mayor escrutinio comenzó cuando se dio un incendio en la sala de operaciones, el cual los documentos estatales indican que ocurrió cuando un instrumento quirúrgico llamado electrocauterio pasó demasiado cerca de una “preparación inflamable para la piel”, utilizada durante una cirugía en el Centro Médico Palomar el 9 de septiembre de 2016. Tres meses después, el 5 de diciembre de 2016, los cirujanos colocaron por error un tubo especial de drenaje en el riñón izquierdo de un paciente, a pesar de que el riñón derecho era el que necesitaba tal operación.

El mismo Centro Palomar informó ambos incidentes.

Sheila Brown y el doctor Omar Khawaja, jefa de operaciones y jefe médico de Palomar, dijeron en un correo electrónico reciente que ninguno de los dos incidentes causó daños permanentes.

El incendio, dijeron, causó “un área de enrojecimiento” en el abdomen del paciente, pero no quemaduras o cicatrices. El paciente con el tubo de drenaje mal colocado, dijeron, fue enviado a casa “sin ningún resultado adverso”.

Los inspectores examinaron posteriormente los historiales de 39 pacientes durante una encuesta realizada del 20 al 24 de abril de 2017, arrojando lo que los inspectores llamaron “problemas sistémicos”, que revelaban que los hospitales no cumplían con algunos de los requisitos para participar en el programa Medicare.

Los investigadores encontraron que los historiales médicos y físicos no se actualizaron para nueve de los 39 pacientes cuyos registros examinaron. En un caso, las enfermeras no se aseguraron de que la orden de un médico coincidiera con el formulario de consentimiento quirúrgico que un paciente firmó. En dos casos, un hallazgo indica que no se usaron marcas de “lateralidad” adecuadas en los cuerpos de los pacientes para garantizar que no se operara el órgano incorrecto, como ocurrió con el incidente del drenaje renal.

Para nueve pacientes, los hospitales tampoco cumplieron, escribieron los inspectores, con documentar el uso de listas de verificación quirúrgica para asegurarse de que no se omitieran pasos durante las cirugías. En algunos casos, los inspectores también encontraron que el programa de aseguramiento de calidad de Palomar no monitoreaba ni analizaba adecuadamente los datos recopilados, tal como lo indicaba el plan de acción correctiva que implementó a fines de 2016 para asegurarse de que nunca ocurriera un incendio quirúrgico o una cirugía del lado equivocado otra vez.

Una visita de seguimiento de los inspectores del 5 al 7 de julio de 2017, examinó otros 31 historiales médicos de pacientes seleccionados al azar. Uno de esos registros, escribieron los inspectores, involucró a un paciente que se sometió a un procedimiento innecesario de vesícula biliar el 17 de junio de 2017, debido a una confusión en la sala de operaciones donde se confundieron con otro paciente que se sometió a la misma operación un día antes.

Como el caso en la encuesta anterior de abril, los inspectores dijeron que los historiales de 15, de los 31 pacientes que examinaron, no incluyeron documentación de que se usaron listas de control quirúrgico durante las operaciones.

Una encuesta “completa” realizada el 14 de agosto en el Centro Médico Palomar de Escondido encontró problemas en la cocina de la instalación, incluidos alimentos perecederos que no se mantenían a temperaturas adecuadas y moho en las instalaciones centrales de lavado de platos. Los inspectores aclararon que el moho se limpió en el lapso de un día.

La encuesta de agosto también menciona a un paciente que murió en su habitación el 15 de mayo de 2017, después de remover los cables de “telemetría” utilizados para monitorear los signos vitales. El paciente, según los registros, se cayó al regresar a la cama después de usar el baño, y su enfermera no escuchó las alarmas diseñadas para informar a los cuidadores cuando los monitores han sido desconectados.

La administración de medicamentos también fue mencionada. Los inspectores encontraron que algunos medicamentos se almacenaron de manera inapropiada con respecto a la temperatura o la exposición a la luz ambiental. Y dijeron que las máquinas automáticas dispensadoras de medicamentos que contienen medicamentos controlados no siempre fueron auditadas.

Hansen dijo en una entrevista previa que un médico y una enfermera fueron despedidos por robo de medicamentos, pero esos incidentes no figuraban en los informes de gobierno. Un vocero del CDPH dijo recientemente que la documentación aún no se ha hecho pública.

Una cuarta encuesta de seguimiento de tres días, que inició el 16 de octubre de 2017, no mencionó los problemas con las auditorías de medicamentos ni con los procedimientos de seguridad quirúrgica, lo que sugiere que los inspectores han encontrado mejoras en la mayoría de las cosas que comenzaron a marcar el pasado mes de abril. No obstante, el último control todavía encontró problemas que deben solucionarse antes de que el Centro Médico Palomar de Escondido pueda considerarse que cumple con las normas de Medicare. Dos de 36 expedientes de pacientes examinados, dijeron, no tenían una monitorización adecuada para pacientes con telemetría. También se observó que un enfermero, según los hallazgos, carecía del equipo adecuado de protección cuando ingresaba a la habitación de un paciente con una infección por Clostridium difficile. El trabajador, de acuerdo con los inspectores, reconoció que debería haberse puesto “la bata”, pero no lo hizo porque no estaba dando atención directamente al paciente.

También se encontraron problemas con la falta de capacitación de las enfermeras sobre cómo administrar medicamentos de forma segura de ampolletas de vidrio, mediante el uso de “agujas con filtro” para garantizar que los pequeños fragmentos de vidrio no terminen siendo inyectados en los vasos sanguíneos de los pacientes.

En todos los casos, Palomar ha indicado que ha continuado con acciones significativas diseñadas para satisfacer las preocupaciones del gobierno. Por ejemplo, el hospital indicó que no ha habido problemas sanitarios adicionales en la cocina, que se han implementado alertas que notifican a las enfermeras más directamente cuando los pacientes de telemetría retiran sus cables de monitoreo y que el Centro de Salud Palomar ha adoptado una “amplia y continua educación sobre el desvío de medicamentos”, el cual debe ser seguido por todos los empleados que distribuyen medicamentos.

Sisson escribe para el U-T.

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