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Preocupa la falta de planes de salud por parte de Trump

Los Angeles Times

Solía haber muchas historias de terror sobre los seguros de salud como la de Charley Butler.

Después de que el conductor de camiones de Montana fuera diagnosticado con cáncer de testículo en 2016, su aseguradora primero se negó a pagar facturas médicas hasta cancelar su cobertura por una condición médica preexistente.

Estas prácticas quedaron prohibidas en gran medida por la Ley del Cuidado de Salud Asequible u Obamacare, que establece nuevos estándares nacionales de seguros de salud para proteger a los consumidores y prohíbe la discriminación basada en condiciones preexistentes.

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Pero a medida que la administración de Trump ha presionado para soltar muchas de estas reglas, los planes a corto plazo más simples (como el que Butler compró) están regresando, amenazando a que los consumidores sean sujetos a muchas de las pruebas que los pacientes soportaron antes de la ley de salud.

“Desafortunadamente, las compañías están aprovechando el hecho de que las protecciones al consumidor requeridas por la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio no se aplican a estos planes”, detalló el ex Comisionado de Seguros de California, Dave Jones, quien participó en varias investigaciones nacionales de dichos contratos. “El tipo de cosas que vemos con estos planes a corto plazo se parece a lo que solíamos ver antes”.

Esto incluye publicidad engañosa, exclusiones por condiciones preexistentes y, a menudo, fraude total.

Casi todas las compañías involucradas en el plan de salud de Butler han pagado acuerdos a los reguladores en los últimos años, de acuerdo con los documentos regulatorios de todo el país y una revisión de cientos de páginas de registros de una demanda que Butler presentó en un tribunal federal de Montana.

En diciembre, Health Insurance Innovations Inc., una firma de Florida que promueve planes a corto plazo, incluido el que compró Butler, acordó pagar 3.4 millones de dólares para resolver una investigación de 43 estados sobre las prácticas de ventas y marketing de la compañía.

“Estos planes pueden sonar bien”, dijo Sandy Praeger, exreguladora republicana estatal de seguros en Kansas y ex-presidenta de la Asociación Nacional de Comisionados de Seguros. “Al igual que un departamento de tiempo compartido, puedes pensar que estás adquiriendo un buen trato, pero si las personas se enferman, descubren que no están cubiertas”.

Butler, de 36 años, mencionó que no tenía indicios de las deficiencias de su plan cuando fue contactado a principios de 2016 por un representante de National Brokers of America Inc., una compañía de Pennsylvania que vende planes a corto plazo y ha sido sancionada por reguladores de seguros en al menos cuatro estados.

El agente, a quien Butler no conocía, había sido condenado por asalto y robo anteriormente, según registros de la corte de Pensilvania, aseguró a Butler que el plan de 11 meses lo protegería si se enfermaba. La prima mensual fue de solo 146 dólares, mucho menos que los planes más completos disponibles en el mercado de seguros creados por la ley de atención médica, HealthCare.gov.

“Parecía bastante claro en ese momento”, recordó Butler en una entrevista.

Las afirmaciones engañosas son comunes, según los investigadores que han descubierto que la comercialización de planes a corto plazo a menudo oculta las limitaciones de la cobertura.

En muchos casos, los consumidores ni siquiera piensan en preguntar si los planes cubren afecciones médicas preexistentes, señaló Dania Palanker del Centro Universitario de Georgetown sobre Reformas de Seguros de Salud.

“Estamos en un punto en el que la gente asume que todos los seguros de salud cubren condiciones preexistentes”, indicó Palanker. “De la misma manera, no se le ocurriría a nadie preguntar si el auto nuevo que están comprando cuenta con cinturones de seguridad”.

Pero los planes a corto plazo no tienen que ofrecer el conjunto completo de beneficios requerido por la ley de 2010 y pueden rechazar a los clientes enfermos al negarse a cubrir sus condiciones preexistentes.

Los planes también suelen limitar la cantidad de atención médica que pagarán, una práctica que se prohibió en los mercados de seguros creados por la ley de salud.

Al final de la póliza de 25 páginas de Butler, había 45 exclusiones y limitaciones. Estas no incluían cobertura para ninguna afección médica preexistente, reemplazos de articulaciones que no hayan sido de emergencia, tratamiento para los pies, tratamiento de salud mental o abuso de sustancias, enfermedad renal o lesiones sufridas en el trabajo.

Estas limitaciones hacen que los planes a corto plazo sean sustancialmente más baratos que los planes ofrecidos en los mercados más regulados y los funcionarios de la administración de Trump los han designado como una opción confiable para los estadounidenses que luchan contra pagar primas más altas.

Pese a las advertencias de defensores de pacientes, grupos de médicos y reguladores estatales, la administración el año pasado dio un paso importante para promover planes a corto plazo, emitiendo reglas que permiten a los consumidores renovarlos por hasta tres años. Eso revirtió un esfuerzo del gobierno de Obama para eliminar los planes limitados a solo tres meses, una medida que el presidente Barack Obama hizo poco antes de dejar el cargo.

Butler asumió que permanecería asegurado cuando se inscribió en febrero de 2016.

Su tarjeta de seguro, que recibió de Health Insurance Innovations, identificó su cobertura como un plan “Premier” que ofrecía servicios a través de una “Red Complementaria MultiPlan”, que parecía ser la red de médicos y hospitales del mismo.

Butler no se enteró de que la compañía que realmente proporcionó su plan (Unified Life Insurance Co., con sede en Kansas) un año más tarde aceptaría pagar 2.8 millones de dólares luego de una investigación de los reguladores de Massachusetts sobre la venta engañosa e ilegal de sus planes. Tampoco supo sobre la investigación de Health Insurance Innovations.

Los problemas de Butler comenzaron en agosto de 2016 cuando acudió al médico con dolor en la ingle y le diagnosticaron un cáncer testicular que finalmente se descubrió que se había extendido a los pulmones.

Durante los siguientes seis meses, Butler se sometió a dos cirugías y quimioterapias agresivas. Fue un momento estresante, recordó. Todo empeoró cuando las facturas médicas comenzaron a llegar sin ninguna indicación de que el seguro estaba pagando algo.

A él y su esposa, Chole, se les reportó que debían más de tres 1,000 dólares al cirujano de Butler, casi 1,700 dólares al anestesiólogo y más de 20,000 dólares al hospital. En total, las facturas sumaron más de 43,000 dólares.

Chole Butler, quien estaba tratando de sobrevivir al diluvio, intentó llamar al número telefónico en la tarjeta de seguro de Butler. “Sabía que no sería bueno cuando empezaron a enviarme de un departamento a otro”, destacó.

Le informaron que aún se estaban procesando las quejas, que la aseguradora necesitaba más información y que los proveedores médicos no habían presentado la documentación correcta.

Luego, más de dos meses después de que Butler comenzara su tratamiento, recibió una carta del administrador de quejas que trabajaba con Unified Life y exigía más información sobre su historial médico.

Los Butler más tarde se enteraron que se trataba de una llamada “revisión de rescisión”, una práctica que las compañías de seguros efectúan para evitar pagar los reclamos médicos de los clientes al descubrir evidencias de afecciones médicas preexistentes que los consumidores no revelaron cuando adquirieron la póliza.

Las revisiones de rescisión fueron efectivamente eliminadas por la ley de salud de 2010 para planes más regulados, que no pueden negar la atención por condiciones preexistentes.

Sin embargo, los clientes con el tipo de plan a corto plazo que Butler compró, todavía están sujetos a la práctica. El administrador de reclamos de Unified reconoció en documentos judiciales que, de manera rutinaria, realiza revisiones de rescisión de clientes que se enferman, durante los cuales no se pagan las facturas médicas.

Los Butler también supieron que su plan de Unified no tenía una red de médicos y hospitales, a pesar de lo que indicaba su tarjeta de seguro.

Eso significaba que cualquier médico u hospital donde Butler buscara atención podría facturarle por el déficit entre el precio de lista que cobraba por un servicio y la cantidad que su aseguradora realmente pagaría, una práctica conocida como balance de cobro (balance billing).

Los clientes que contratan planes más regulados que ofrecen una red, quedan protegidos del balance de cobro.

“No entendíamos qué diablos estaba pasando”, agregó Butler.

Afortunadamente, a Butler le fue mejor con su atención médica y en 2017, su cáncer entró en remisión. Pero a medida que la disputa con las aseguradoras se prolongaba, los Butler se vieron obligados a organizar una recaudación de fondos comunitaria para pagar las deudas médicas. Chole Butler fue tratada por estrés.

Unified y su administrador finalmente comenzaron a pagar las facturas más de seis meses después del diagnóstico de Butler y solo después de que ellos fueron quienes se quejaron ante el departamento de seguros de Montana y contrataron a un abogado.

“Es inexcusable que una compañía de seguros de salud reciba las primas de alguien como Charley Butler y que ni siquiera haya procesado los reclamos durante meses y meses después de que se le diagnosticó cáncer”, argumentó el abogado de Butler, John Morrison, ex comisionado de seguros de Montana.

Unified se negó a través de un abogado discutir públicamente los detalles del caso de Butler o los negocios a corto plazo de la compañía, en lugar de eso, proporcionó una declaración que señalaba que a Butler nunca se le había negado la atención para su cáncer. “Unified se complace en anunciar que el exitoso tratamiento contra el cáncer de Butler haya resultado en remisión completa”, manifestó la compañía.

Un abogado de National Brokers of America, quien tampoco discutió el caso de Butler, concluyó en una declaración que la compañía y sus representantes “cumplen con todas las leyes relacionadas con la venta de productos de seguros”. Health Insurance Innovations no respondió a las preguntas sobre el caso.

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