Las víctimas del coronavirus son enterradas en un saturado cementerio en Tijuana
Los trabajadores del cementerio bajan el ataúd de Juan Velasco, quien murió por síntomas de COVID-19, mientras su familia, a la derecha, observa el entierro en el Cementerio Municipal No. 13 de Tijuana.
La semana pasada, trabajadores de Tijuana, vestidos con trajes protectores blancos, enterraron docenas de cuerpos víctimas del coronavirus, mientras las excavadoras limpiaban la tierra para preparar otras tumbas.
El cementerio municipal No. 13 se extiende a través de una ladera rocosa en Valle Redondo, a unas cuatro millas al sur de la frontera en el extremo oriental de Tijuana. La mayoría de los muertos eran pobres o de clase trabajadora, sus tumbas están marcadas por simples cruces blancas.
“La mayoría de los cuerpos víctimas de COVID-19 vienen envueltos en bolsas de plástico y los ataúdes también están forrados en plástico”, dijo uno de los sepultureros.
Después de cada entierro, él y los demás trabajadores se turnan para rociarse con desinfectante.
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Diego Armando Juárez, un consultor funerario, transporta el cuerpo de una persona que murió por los síntomas de COVID-19 desde el Hospital General de Tijuana a una funeraria.
(Marcus Yam / Los Angeles Times)
Debido a las preocupaciones sobre la propagación del coronavirus, el gobierno de la ciudad limita la cantidad de miembros de la familia que puede asistir a un funeral y les exige que se paren a 10 pies de la tumba.
Hay otros 12 cementerios municipales en Tijuana, todos los cuales están llenos, según Jesús Salvador García, director de cementerios de Tijuana.
“No puedo decir el número total de enterrados en toda la ciudad porque también hay cementerios privados y la opción de cremación, que es decisión de la familia”, expuso.
Al menos 35 víctimas de COVID-19 han sido enterradas en el Cementerio Municipal No. 13.
Desde la izquierda, Bernadina Cruz Pérez, Fredy Villa Suerte Hernández, Domínguez Hernández y Cleotilde Hernández lloran la muerte de Laura Moreno Sánchez, de 49 años, quien falleció de COVID-19. “No sé si es mi esposa o no”, señaló Fredy. “No vi el cuerpo”. Dijo que las autoridades no le permitieron abrir el ataúd. (Marcus Yam / Los Angeles Times)
(Marcus Yam / Los Angeles Times)
En el cementerio municipal No. 13 de Tijuana, Domínguez Hernández consuela a Fredy Villa Suerte Hernández, a la derecha, mientras lloran a distancia la muerte de la esposa de Fredy, Laura Moreno Sánchez, de 49 años, quien murió de COVID-19.
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Un pariente llega con flores para el entierro de Juan Velasco, quien murió por los síntomas de COVID-19. (Marcus Yam / Los Angeles Times)
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En la funeraria San Ramón, los trabajadores siguen un nuevo protocolo para desinfectar cadáveres mientras transfieren a una persona que falleció por los síntomas de COVID-19 a un ataúd.
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Un trabajador médico en el Hospital General de Tijuana revisa la documentación antes de entregar un cadáver para transferirlo a la morgue. El Hospital General de Tijuana es el hospital más grande del estado mexicano de Baja California y ha sido designado para el tratamiento de pacientes con COVID-19. (Marcus Yam / Los Angeles Times)
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Los trabajadores del cementerio cavan tumbas adicionales en el Cementerio Municipal No. 13 de Tijuana. Los otros 12 cementerios municipales de la ciudad están llenos, dijo Jesús Salvador García, director de cementerios de Tijuana.
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Diego Armando Juárez, un consultor funerario, ayuda a mover un ataúd.
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Diego Armando Juárez, un asesor funerario, transporta el cuerpo de una persona que murió por síntomas de COVID-19 desde el Hospital General de Tijuana a una funeraria.
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Los trabajadores de la funeraria San Ramón preparan un ataúd para transportarlo al cementerio.
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Un empleado de una funeraria se prepara para descargar un ataúd para que los trabajadores del cementerio lo transfieran a una tumba mientras los familiares del fallecido se encuentran cerca.
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Los miembros de la familia se cubren la cara mientras el polvo se levanta durante un funeral.
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En el Cementerio Municipal No. 13 de Tijuana, Nora Lassete escribe en la cruz sobre la tumba después del funeral de Juan Velasco, quien murió por los síntomas de COVID-19.
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Los miembros de la familia observan cómo los sepultureros con trajes protectores se mueven de entierro en entierro en el Cementerio Municipal No. 13 de Tijuana.
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Una mujer se prepara para arrojar una rosa a una tumba en el Cementerio Municipal No. 13 de Tijuana.
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Miembros de la familia observan desde la distancia mientras los trabajadores en trajes protectores entierran a un pariente en el Cementerio Municipal No. 13 de Tijuana.
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Los trabajadores entierran a Juan Velasco, quien murió por síntomas de COVID-19, en el Cementerio Municipal No. 13 de Tijuana.
Wendy Fry has covered Tijuana, greater Baja California and border issues at The San Diego Union-Tribune. She worked at the newspaper from 2009 to 2012, and worked at NBC San Diego from 2013 to 2018 before returning to the paper. Wendy won SPJ’s Sol Price Award for Responsible Journalism in 2012 for her coverage of corruption at the Sweetwater schools, and she won the Grand Golden Watchdog Award from the San Diego County Taxpayers Association in 2017.