Anuncio

De prisión a museo y academia de artes de la cultura Olmeca

EFE

En una cárcel devenida en museo, una vieja vitrina de cedro guarda piezas de la cultura Olmeca de casi 2.500 años antigüedad halladas en La Venta, la cuna de la civilización madre de Mesoamérica, en el suroriental estado mexicano de Tabasco.

El museo construido en los espacios de una cárcel que albergó asesinos y narcotraficantes, es un reciente intento de esta villa de 15.000 habitantes parara desarrollar un polo turístico arqueológico en su localidad.

Las llaves del museo están en manos del artista plástico Juan Hernández, quien abre los candados y muestra diez celdas, el patio y un comedor de esta prisión que por 35 años mantuvo confinados a unos 100 prisioneros hasta su cierre hace tres años.

Anuncio

“Había prisioneros de alta peligrosidad y en la actualidad va a ser un aula donde se van a dar clases de escultura y artes plásticas. Van a estar representadas réplicas de la cultura Olmeca”, dijo a Efe, Hernández Navarro.

El escultor Pedro Garfías, uno de los que impartirá su enseñanza en el lugar, sostuvo que ha llegado el momento de que La Venta tenga su segundo esplendor y se le haga justicia a esta población donde los arqueólogos situaron la cuna de la cultura Olmeca, con evidencias de hace 3.000 años.

“Esperamos hacer más monumentos acompañados de otros escultores y maestros plásticos en la academia”, afirmó Garfías.

Es un secreto a voces que en sus casas, las familias suelen guardar joyas arqueológicas y son antiguas sus diferencias con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) al que acusan de despojo por llevase piezas originales tras los descubrimientos de mitades del siglo pasado.

Dicen que ahora hay una oportunidad de “una reconciliación” y por fin acordar los “derechos de exhibición”, desde luego en el museo y centro cultural que ahora ocupa las instalaciones de la vieja prisión.

Algunas familias conservan desde hace más de cinco décadas restos de jarrones de barro, hachas, cuchillos de basalto y piedras con las que esculpían monolitos, entre otras que no han podido descifrar, según Efe pudo constatar.

Entre las colecciones de piezas destacan la que se tiene resguardada en la escuela secundaria Benito Juárez, y en poder de un empresario que no permitió videograbar una compilación de cuentas y collares de jade.

Heber Ventura, un empresario local y empleado del museo de sitio local del INAH, manifestó estar de acuerdo en ceder sus piezas para abonar el auge turístico, comercial y económico de su pueblo natal.

“A través de la historia la gente que ha trabajado para la construcción han encontrado por suerte o por error piezas arqueológicas y se las quedan. La Venta, Tabasco es una veta de piezas arqueológicas”, aseguró.

Un profesor relató a Efe que de niño fue testigo del hallazgo de una pieza Olmeca en una excavaciones en una vivienda que simplemente desapareció. “Tenía como ocho años y emocionados nos subimos, fácil cabíamos 6 niños, hace 45 años”, recordó.

Asegura que por esa razón cuida desde hace tres décadas la colección privada de la escuela donde imparte clases de historia, aunque está de acuerdo en prestarla al nuevo museo.

“Para nosotros es valioso cuando vienen a visitarnos y enseñarles lo que aquí se encontró en las excavaciones cuando se construyó esta escuela”, señaló.

La Venta es una zona de yacimientos petroleros, de hecho hay un complejo petroquímico de gas, pero aunque en apariencia es una zona rica enfrenta marginación y el estigma del narcotráfico y de bandas que mantienen el control del comercio ilegal de combustibles.

Comerciantes y empresarios esperan que el nuevo museo tenga resultados positivos y que eso ayude a detonar el impulso turístico que tanto esperan y que matice la imagen negativa.

“Queremos tener conocimientos adecuados para darles una mejor estancia a los visitantes, eso es lo que esperamos del nuevo museo comunitario”, comentó a Efe, Héctor ortega, un joven restaurantero.

La verdadera riqueza cultural de la Venta todavía se desconoce. Especialistas sostienen que de las 98 hectáreas que ocupan el museo de sitio y la zona arqueológica, solo se ha explorado el 15 %, lo que supone que hay 80 hectáreas vírgenes.

José Orrantes, líder del movimiento de mejoramiento en la Venta, sostuvo que “la finalidad y los ánimos” de este museo buscan que los ojos de arqueología mundial se posen sobre La Venta para retomar las exploraciones abandonadas hace más de 50 años.

“Estamos enteros. Esperamos que los ojos de la arqueología mundial, vuelvan a mirarnos para continuar las exploraciones porque faltan más montículos, monolitos y antiguos asentamientos, concluyó.

Anuncio