El nuevo retraso no rebaja el entusiasmo de la India por llegar a la Luna
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Nueva Delhi — Un “problema técnico” llevó a la India a suspender en la madrugada del lunes, a falta de una hora para su lanzamiento, su misión al inexplorado polo sur de la Luna, un nuevo retraso al que las autoridades indias quitan importancia.
El lanzamiento de la misión de la agencia de Investigación Espacial de la India (ISRO) estaba programado para las 2.51 del lunes (21.21 GMT del 14 de julio), sin embargo la cuenta atrás se detuvo cuando faltaban 56 minutos para el despegue en la base de Sriharikota, en el estado suroriental de Andhra Pradesh.
La misión se canceló tras “detectar un asunto menor”, ya que, como aseguró a Efe el portavoz de la ISRO, Vivek Singh, “esta es una misión importante, y en estos casos la perfección debe ser del 100% para que tenga éxito. Incluso un 99,9% es insuficiente”, anotó.
“Nos alegra haber detectado el problema y haber detenido (la misión) antes del despegue”, subrayó Singh, que insistió en que se trató de un problema menor y que ahora está siendo analizado por los principales científicos de la agencia.
Espera que el informe final sobre las causas del fallo técnico sea presentado mañana martes y entonces, a partir de las conclusiones, programarán una nueva fecha de lanzamiento -la séptima hasta la fecha-, explicó el portavoz desde la base de la ISRO frente a la Bahía de Bengala.
Inicialmente todo parecía estar listo para que la nave de 3,8 toneladas, bautizada Chandrayaan-2, despegara en el vehículo de lanzamiento GSLV Mk-III de 640 toneladas y 43 metros de altura.
La cuenta atrás era retransmitida en directo desde el propio canal de la ISRO y las televisiones indias, conscientes del momento histórico que estaba a punto de vivir el país asiático en su carrera espacial.
Así la ISRO iba informando de cada uno de los pasos a medida que avanzaba la cuenta atrás, como el llenado de los depósitos con hidrógeno y oxígeno líquido, pero diez minutos antes del lanzamiento un tuit de la agencia especial anunció lo que ya muchos temían:
“Se detectó un problema técnico en el sistema del vehículo de lanzamiento (...) Como medida de extrema precaución, se ha cancelado por hoy el lanzamiento del Chandrayaan-2”, informó la agencia después de que se hubiera detenido la cuenta atrás a falta de 56 minutos.
Esta misión suponía para la India un nuevo paso en su carrera espacial, con la que pretende lanzar entre otras una misión tripulada para 2022, y una gran fuente de orgullo para los sentimientos nacionalistas del gigante asiático.
El ex jefe de la ISRO G. Madhavan Nair, uno de los nombres más populares de la carrera espacial india, reconoció a Efe que el nuevo retraso en el lanzamiento del Chandrayaan-2 resultó “un poco decepcionante”, ya que todos esperaban ese “momento histórico”.
“Pero no hay nada de lo que preocuparse. Es un contratiempo temporal. Se trata de una bendición encubierta”, subrayó Nair, al asegurar que fue una suerte el poder haber detectado el problema antes de que fuera demasiado tarde tras el lanzamiento.
A juicio de Nair, que dirigió la agencia espacial entre 2003 y 2009 y ahora es miembro del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata (BJP) de Modi, el alunizaje es una misión muy compleja, por lo que “no debe haber ningún tipo de riesgo en estas misiones”.
De tener éxito, el Chandrayaan-2 convertirá a la India en el cuarto país miembro del club de naciones que tocaron la Luna, una hazaña lograda anteriormente por Rusia, Estados Unidos y China, y el primero en posarse en el polo sur del satélite.
Compuesto de una sonda que orbitará alrededor de la Luna, un módulo de alunizaje y el vehículo lunar propiamente dicho, esta misión toma el testigo de la Chandrayaan-1, lanzada en 2008 y que logró hacer más de 3400 órbitas alrededor del satélite.
El vehículo tenía previsto aterrizar en el hasta ahora virgen polo sur de la superficie lunar hacia el 6 o el 7 de septiembre con la intención eminentemente científica de descubrir más sobre la composición mineral del satélite y la presencia de agua, aunque ahora esa fecha deberá ser una vez más revisada.
Por Sarwar Kashani