California registra otro récord de casos de coronavirus: 74.000
![María Padilla limpia la habitación de un paciente con COVID-19 en la UCI del Centro Médico Providence St. Jude en Fullerton.](https://ca-times.brightspotcdn.com/dims4/default/92e87be/2147483647/strip/true/crop/6720x4480+0+0/resize/1200x800!/quality/75/?url=https%3A%2F%2Fcalifornia-times-brightspot.s3.amazonaws.com%2Fa8%2F7b%2F475071a34e3d810b63061e3bc682%2F677555-la-me-providence-st-jude-icu-covid-015.FO.jpg)
California registró más de 74.000 nuevos casos de coronavirus el lunes, un 11% más que el registro anterior de un solo día.
- Share via
SAN FRANCISCO — Después de una relativa pausa de Año Nuevo, California reportó el lunes el mayor número de nuevos casos de coronavirus en un solo día, registrando más de 74.000, según un recuento del Times de las jurisdicciones locales de salud.
Eso es un 11% más alto que el récord anterior, cuando se registraron 66.726 casos el 28 de diciembre. El recuento probablemente se vea afectado tanto por el atraso de casos de los condados que no se reportaron durante el fin de semana del de Año Nuevo como por el cierre de algunos sitios de pruebas durante el feriado.
El estado registró un promedio de 37.000 nuevos casos diarios durante la última semana, por debajo del máximo de 45.000 de mediados de diciembre. Pero la situación sigue siendo mucho peor que a principios de diciembre, cuando se registraron 14.000 casos diarios.
California también registró el lunes su sexta cifra diaria más alta de muertes por COVID-19: 379. Eso aumentó el promedio de decesos por COVID-19 en la última semana a 353 por día, el número más alto hasta ahora.
En el condado de Los Ángeles, el lunes, se reportaron 79 muertes adicionales relacionadas con el coronavirus y 10.851 infecciones. Durante la última semana, el Condado mostraba un promedio de 184 decesos por COVID-19 al día, el equivalente a una cada ocho minutos, y alrededor de 13.500 casos diarios, un conteo que se espera crezca con la reapertura de los sitios de prueba.
El inmenso conteo de infecciones es “un desastre humano que era evitable”, manifestó la supervisora del condado Hilda Solís.
“La situación ya está más allá de nuestra imaginación”, dijo durante una reunión informativa el lunes. “Pero podría llegar a ser incomprensible si las restricciones sanitarias no se cumplen plenamente”.
Incluso cuando las cifras se ajustan para tener en cuenta la población del estado, el brote de coronavirus de California está entre los peores del país.
En la última semana, California ha tenido un promedio de 96 nuevos casos diarios por cada 100.000 residentes, empatado con Rhode Island en la segunda tasa más alta de todos los estados, detrás solo de Arizona con 112, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
El promedio nacional diario de nuevos casos durante el mismo período ha sido de 64.
Frente a un aumento ya abrumador, California también se enfrenta ahora a otra posible amenaza: la presencia de una nueva variante del coronavirus identificada por primera vez en Reino Unido que algunos científicos creen que es aún más contagiosa.
Aunque no está claro cuán prevalente es la variante en todo el estado, los funcionarios de salud del condado de San Diego reportaron 24 casos adicionales confirmados el martes, junto con cuatro casos más que son probables. Eso eleva a 32 el número total de infecciones conocidas o sospechosas de la variante en el Condado.
Se cree que las dos docenas de pacientes recién infectados “no tienen historial de viajes y provienen de 19 hogares diferentes, pero la investigación y el rastreo de contactos están en curso”, según una declaración de las autoridades del Condado. Los infectados están muy dispersos geográficamente y su edad oscila entre los 10 y los 70 años.
“El hecho de que estos casos hayan sido identificados en múltiples partes de la región muestra que esta cepa del virus podría estar propagándose rápidamente”, expuso en el comunicado la Dra. Wilma Wooten, funcionaria de salud pública del Condado. “La gente debe ser extra cautelosa para evitar contraer y propagar el COVID-19, especialmente esta variante, que la investigación ha demostrado que es más contagiosa”.
La variante también ha sido identificada en dos personas del mismo hogar en Big Bear en el condado de San Bernardino.
Los expertos dicen que no hay pruebas de que la variante - conocida como B.1.1.7 - sea más mortal, cause enfermedades más graves o haga ineficaces las vacunas existentes.
Pero cualquier aumento en el riesgo de infección es una noticia desagradable, especialmente en áreas que ya están sufriendo altos niveles de transmisión de coronavirus.
Los lugares de trabajo siguen siendo una esfera de creciente preocupación, en medio de nuevos brotes en los establecimientos de venta al por menor, así como en otros negocios que se consideran esenciales.
Aunque los funcionarios del condado de Los Ángeles aún no han documentado la presencia de la variante allí, “tener un virus que es capaz de infectar a una mayor cantidad de personas más rápidamente de lo que vemos hoy es aterrador”, dijo el martes la directora de salud pública del condado, Bárbara Ferrer.
Mientras que muchos de los infectados pueden experimentar solo síntomas leves - o ninguno - los funcionarios de salud de California han advertido que una parte considerable, alrededor del 12%, se enfermará lo suficiente como para requerir hospitalización dentro de unas pocas semanas después de que se expongan.
Una ola significativa y sostenida de nuevas infecciones, entonces, invariablemente golpeará a los hospitales con pacientes adicionales.
“Esta semana es crítica en términos de una mayor comprensión de dónde estamos y qué tan pronto vamos a salir de esto”.
Aunque las cifras bajaron un poco alrededor de la víspera y el día de Año Nuevo, el número de pacientes positivos de coronavirus hospitalizados en todo el estado se elevó a 21.597 el lunes, un récord. De esos pacientes, 4.634 estaban en unidades de cuidados intensivos.
La historia es muy similar a nivel local, ya que los condados más poblados de California continúan viendo niveles récord o casi récord de hospitalizaciones.
Las condiciones en las unidades de cuidados intensivos, que requieren personal y equipo especializado para atender a los pacientes más enfermos, son motivo de especial preocupación. La disponibilidad de camas de cuidados intensivos en el sur de California y en el valle de San Joaquín se ha mantenido en 0% durante semanas, una medida preocupante que no significa que no haya camas disponibles en absoluto, ya que el estado utiliza una fórmula ponderada para garantizar que algunas permanezcan abiertas para algunos pacientes, pero sí indica que la capacidad del hospital está al límite.
Los funcionarios de salud del condado de San Joaquín informaron el lunes que la necesidad de cuidados intensivos había alcanzado un máximo histórico, con las UCI para adultos a un 175% por encima de su capacidad de camas autorizada.
“El impacto de COVID-19 en los miembros de nuestra comunidad y sistema de salud es evidente”, dijo Dan Burch, el administrador de EMS del Condado, en un comunicado.
En el Área de la Bahía y Sacramento, donde la disponibilidad de la UCI se mantuvo en 5.9% y 11.7%, respectivamente, a partir del martes, la situación es menos grave, pero aún preocupante.
En casi todas las esquinas de las calles hay algún signo del virus que ha modificado las vidas, cambiando la forma en que la comunidad llora, aprende, trabaja y adora.
Las cuatro regiones definidas por el estado donde la disponibilidad de las UCI es inferior al 15% están bajo órdenes de permanencia en casa, que incluyen una serie de restricciones a los negocios y actividades destinadas a bloquear la transmisión del coronavirus.
Esos pedidos se mantendrán hasta que la capacidad disponible de las UCI en una región, prevista para dentro de cuatro semanas, sea del 15% o superior.
En el condado de Los Ángeles, el número de pacientes hospitalizados por COVID-19 subió a 8.023 el lunes, 125 más que el día anterior. De ellos, 1.642 estaban en las UCI, también un récord.
“Cada vez es más difícil para los trabajadores de la salud atender a los que llegan al hospital con heridas de bala, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y lesiones por accidentes de auto”, expuso Solís. “Los sanatorios están declarando desastres internos y tienen que abrir gimnasios de la iglesia para servir como unidades hospitalarias. Nuestros trabajadores de la salud están física y mentalmente exhaustos y enfermos”.
El número de pacientes de COVID-19 en las salas de las UCI se ha cuadruplicado desde finales de noviembre.
“Dado el estado actual de la pandemia en el condado de Los Ángeles, lo peor está por venir”, advirtió la Dra. Christina Ghaly, directora de servicios de salud del condado de Los Ángeles. “Todos los hospitales están siendo inundados con pacientes de COVID”.
Dijo que los hospitales superpoblados se han visto obligados a dejar a los pacientes en los pasillos o a hacerlos esperar en las ambulancias.
“La demanda de oxígeno es tan grande que algunos hospitales están teniendo problemas para mantener un grado adecuado de presión de aire para conservar una alta tasa de flujo de oxígeno bombeando a los pulmones de los pacientes con COVID-19 que se han inflamado”, explicó Ghaly.
A medida que las condiciones continúan deteriorándose, las autoridades han observado con alarma que muchos californianos hicieron caso omiso de las peticiones de quedarse en casa durante las fiestas, mientras que algunos activistas en oposición a los cubrebocas se han unido a las protestas contra las órdenes de sanidad vigentes.
“Estamos en medio de una oleada sin precedentes y peligrosa”, manifestó Solís. “A pesar de lo que los manifestantes afirman, esto no es un engaño”.
Ghaly recordó a los residentes el papel que juegan en la lucha contra la peor crisis de salud pública de los últimos 100 años, y que llevar o no una mascarilla en público no solo afecta a la persona que toma esa decisión.
“No se trata de ti; se trata de las otras personas que te rodean”, subrayó. “Y en esta época de crisis masiva, necesitamos pensar en nuestros vecinos. Por favor, muestra a los demás la cortesía básica común y toma la acción de usar un cubrebocas cuando estés cerca de otros”.
Aunque los funcionarios dicen que es comprensible que los angelinos estén frustrados con las continuas restricciones y cansados de vivir con la amenaza inminente de la pandemia, señalan que la esperanza está en el horizonte, dada la reciente llegada de las vacunas COVID-19.
Desde mediados de diciembre, el condado de Los Ángeles ha recibido unas 357.500 dosis, incluyendo 189.995 dosis de la vacuna Pfizer que se ha utilizado principalmente para inocular a los trabajadores de la salud en 83 hospitales de cuidados agudos, dijo Ferrer durante la reunión de la Junta de Supervisores del martes.
Hasta el domingo, el 60% de las dosis de Pfizer habían sido administradas a los trabajadores de la salud de primera línea en los hospitales, expuso Ferrer.
El Condado ha recibido alrededor de 170.000 dosis de la vacuna Moderna, que se administrará a los residentes y al personal de los centros de enfermería especializada, así como a los técnicos médicos y paramédicos de emergencia, entre otros.
Ferrer comentó que ha sido un reto vacunar a los trabajadores de la salud porque muchos han estado ocupados lidiando con el aumento de COVID-19 en sus hospitales. Un lugar de vacunación dijo, también tuvo que rechazar a una multitud de más de 150 trabajadores no sanitarios que se presentaron el lunes.
“Creo que es una señal muy positiva de que mucha gente está lista para ser vacunada”, pero el público debe ser paciente mientras el Condado trabaja en la vacunación de los trabajadores de la salud y de las poblaciones prioritarias, dijo Ferrer.
El Condado recibirá esta semana un envío “mucho más pequeño” de dosis de vacuna que el gobierno federal había indicado originalmente, que solo será suficiente para destinar a los hospitales de cuidados intensivos las segundas dosis de vacuna para sus trabajadores, expuso Ferrer. Eso también podría retrasar el progreso.
“Creo que todos esperábamos que llegara mucha más vacuna al estado y que recibiéramos la parte que nos corresponde”, dijo.
En este momento no está claro si eso es el resultado de un problema de producción, distribución u otra cosa, agregó Ferrer.
“Si recibimos suficientes dosis, esperamos terminar de vacunar a los trabajadores de la salud y a los que están en centros de atención a largo plazo [para] finales de enero o principios de febrero”, enfatizó. “El ‘si’ realmente depende de que se consiga la vacuna suficiente”.
Las escritoras del Times Jaclyn Cosgrove y Andrea Roberson contribuyeron a este informe.
Para leer esta nota en inglés haga clic aquí
Suscríbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Ocasionalmente, puede recibir contenido promocional del Los Angeles Times en Español.